• Hipertensión arterial
• Arritmia o insuficiencia cardiaca
• Espasmos musculares
• Arritmia cardiaca o insuficiencia
• Asma bronquial
• Fatiga
• Estreñimiento
• Enfermedad isquémica
• Migraña
• Epilepsia
• Diabetes Mellitus
• Osteoporosis
• Envejecimiento
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El magnesio es un cofactor de más de 300 sistemas enzimáticos y es el segundo catión más abundante intracelular, después del K. Es importante en numerosas funciones fisiológicas y homeostáticas. Está relacionado estrechamente con el ion Ca2+, la producción de energía en la mitocondria, el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos, ácidos nucleicos y proteínas.

Participa junto con el Calcio en la contracción de los músculos lisos y estriados, así como en la musculatura cardiaca. El efecto relajante sobre la musculatura capilar lisa, provoca un descenso en la tensión arterial media y relajación del músculo liso bronquial.

Un empobrecimiento de Magnesio a nivel del miocardio puede resultar en una pérdida de Potasio intracelular, y por lo tanto incrementa la excitabilidad de las membranas celulares manifestándose una irritabilidad miocárdica ventricular.

El Magnesio modula la liberación de acetilcolina y otros neurotransmisores, y actúa líticamente en la terminación nerviosa neuromuscular en la zona de los ganglios vegetativos, en las estructuras terminales parasimpáticas y en el sistema nervioso central. Debido a este mecanismo existe un efecto relajante en la musculatura lisa como se mencionó con anterioridad el cual no sólo puede prevenir o disminuir diferentes tipos de cefaleas (vasculares, migrañas), debido a insuficiencias circulatorias cerebrovasculares periféricas o cerebrales, sino que puede también reducir la cantidad de ataques, en casos de epilepsia.

Con niveles adecuados de magnesio, se tiene un riesgo más bajo de presentar Diabetes Mellitus de tipo 2. Esto se debe a que el magnesio ayuda al cuerpo a procesar la glucosa y puede reducir el riesgo de resistencia a la insulina.

Las personas con niveles de magnesio adecuados poseen una mayor densidad ósea.

La excreción del magnesio es realizada mediante filtración glomerular

Deficiencia leve: Intramuscular, 6 ml en forma de solución al 15%, administrando cada 6 horas hasta completar 4 dosis en 24 horas.

Deficiencia severa: Intravenosa: 30 ml en 1 litro de glucosa al 5% o de cloruro de sodio isotónica administrados en un período de 3 horas.

Anticonvulsivo: Intravenosa: 26 ml en 250 ml de solución de glucosa al 5% o de cloruro de sodio isotónica, administrada a una velocidad máxima de 4 ml por minuto.

Administrar a una velocidad lenta y suspender en caso de hipotensión o bradicardia.

Su aplicación está contraindicada en casos de Miastenia Gravis o Síndrome de Eaton Lambert, bloqueo cardiaco, o hipersensibilidad al magnesio.
No se utilice junto con medicamentos que produzcan depresión del sistema nervioso central, con glucósidos digitálicos ni bloqueadores neuromusculares.

Ajustar la dosis en casos de insuficiencia renal.

No se recomienda su uso durante el embarazo o periodo de lactancia.

Reducción de la frecuencia respiratoria, hipotensión transitoria, hipotermia, hipotonía, reducción de la frecuencia cardiaca, alargamiento del intervalo QR en el ECG. Puede ocasionar depresión de los reflejos osteotedinosos y colapso circulatorio.

El sulfato de magnesio puede dar lugar a la formación de un precipitado cuando se mezcla con soluciones que contienen: Alcohol (a altas concentraciones), carbonatos, hidróxidos, arsenatos, bario, calcio, fosfato de clindamicina, metales pesados, hidrocortisona, fosfatos, polimixina B, procaína, salicilatos, estroncio y tartratos. Con frecuencia el pH de las soluciones favorece la incompatibilidad.

El sulfato de magnesio también puede reducir la actividad antibiótica de la estreptomicina, de la tetraciclina y de la tobramicina, cuando se administran simultáneamente.

En caso de paro cardiaco o respiratorio considerar aplicar Gluconato de Calcio al 10%.